IDIOMAS ARTIFICIALES:
FRUSTRACIONES Y ÉXITOS
José Roberto Arze.
La Paz – Bolivia
is
2019
El Dr. José Roberto Arze, es un docente, profesor investigador esperantista boliviano, periodista y miembro de la Academia de la lengua de Bolivia, etc. que ha visitado muchas veces nuestro pais y ha publicado numeros libros... El mas conocido por nosotros es la "Antologia del Esperanto en Bolivia- Malgranda Bolivia antologia - 2004."
El presente articulo aparece en el anuario de la Academia de Bolivia.
IDIOMAS ARTIFICIALES: FRUSTRACIONES Y ÉXITOS.
José Roberto Arze.
Combatir la “maldición” de Babel es la aspiración de mucha gente. La palabra Babel ha devenido en sinónimo de caos o desorden idiomático. Dícese que en el mundo se hablan no menos de 3 mil y quizá más de 7 mil idiomas. Las impresiciones estadísticas provienen de que no hay consenso —o por lo menos opinión mayoritaria— sobre qué debe considerarse como idioma. Podría pensarse, por ejemplo, que el francés es un idioma, mientras el francés haitiano un dialecto del francés, o que son dos idiomas. La misma duda podría presentarse entre el inglés británico y el inglés americano, entre el español de España y el del Río de la Plata, entre el portugués ibérico y el brasileño, etc. Del chino se sabe que no es un idioma, sino cuatro o más idiomas distintos con una escritura común. Por otro lado, del contacto entre idiomas, han surgido productos híbridos que cómodamente se los designa con vocablos compuestos que recogen los nombres (o partes de los nombres) de los idiomas progenitores: el Spanglish o, entre nosotros, el Quechuañol, hibridos del español y el inglés y del quechua y el español, respectivamente. Todo esto no hace sino confundirno más en la caótica torre de Babel.
Dentro del rango estadístico referido hay un grupo grande de idiomas artificiales, medio millar o más (quizá no todos convengan en considerar idiomas diferentes a todos y cada uno de ellos), cuya legitimidad y utilidad son motivo de apasionadas controversias: mientras unos las exaltan y las propician (por ejemplo, Tolstoi, Verne, Eco, Tito, Juan Pablo II y cientos más), otros las denigran y menosprecian o desprecian (por ahí estuvieron, entre otros, Chomsky, Bergson, el dictador Salazar, etc.).
Aquí intentaremos desenmarañar esta complicada red idiomática. Nos planteamos cinco preguntas y trataremos de responderlas es
cuetamente: (1) qué es un idioma artificial; (2) quë es un idioma internacional y que, en particular, un idioma auxiliar internacional; (3) cuáles son los principales tipos de idiomas artificiales; (4) cuáles son los idiomas artificiales más importantes; (5) que aspectos hay en la pugna entre los idiomas artificiales y los naturales y aun los cibernéticos.
[1] Qué es un idioma artificial.
Un idioma artificial es un medio de comunicación humana oral y/o escrito creado al margen o por encima de los idiomas “naturales”, surgidos espontánemente en las comunidades sociales. Esta definición nos permite excluir, por una parte, los lenguajes de las máquinas (computación y otros) y los demás lenguajes gráficos, musicales, mímicos, etc.
[2] ¿Qué es un idioma internacional y qué, en particular, un idioma auxiliar internacional?
Un idioma internacional es un idioma extendido por varios países y admitido por ellos como lengua oficial o cooficial o que tiene una presencia significativa de hablantes. La importancia, en este caso, estaría en relación directa con la cantidad de países que lo han adoptado. Pero, ¿cuántos? Dos o tres países, parecen ser muy pocos; quizá podría exigirse por lo menos cinco. Según datos (heterogéneos, ciertamente) del Almanaque mundial 2018, idiomas que, en la actualidad, tendrían que ser reconocidos como internacionales (por ser oficiales o cooficiales en cinco o más países) son los que aparecen en el siguiente cuadro:
Idioma | Países en que se habla como idioma oficial o cooficial: |
|
Total | Oficial | Cooficial |
1º Inglés | 60 | 39 | 21 |
2º Francés | 30 | 17 | 13 |
3º Árabe | 24 | 20 | 4 |
4º Español | 22 | 21 | 1 |
5º Portugués | 7 | 7 | ― |
6º Ruso | 6 | 1 | 5 |
7º Alemán | 5 | 4 | 1 |
8º Turco | 5 | 3 | 2 |
9º Italiano | 5 | 2 | 3 |
Salta a la vista que todos estos idiomas, sin excepción, pertenecen a países que han constituido o constituyen imperios o “comunidades” internacionales con evidente hegemonía económica o política. Este hecho conduce a la idea de la existencia de un “colonialismo cultural” o, por lo menos, idiomático, como resultado de dicha hegemonía político-económica.
Como una especie de respuesta a esta situación de dominio ha surgido la idea de una lengua más o menos neutra, o sea un idioma que sin ser el idioma de determinado país pueda servir de nexo entre personas que tienen idiomas maternos diferentes, una segunda lengua común. Esta es la idea de un idioma auxiliar internacional. El primer idioma al que se acudió, hace 5 a 6 siglos, fue el latín, que gozaba del más alto prestigio cultural y científico y que, al desintegrarse el imperio romano, dejó de ser lengua oficial de un país, puesto que cada región de ese imperio adoptó y desarrolló su propio idioma (italiano, español, francés, etc.). El latín siguió siendo el idioma usado por los filósofos y científicos en el renacimiento y en los comienzos de la edad moderna; fue, además adoptado, por la Iglesia católica (y por el Vaticano) como su idioma, inclusive en la liturgia; fue, también, el idioma de la nominación de las especies vegetales y animales en la clasificación de Linneo y tuvo presencia fuerte en el derecho (a través del estudio del derecho romano) que lo recogió en numerosos aforismos jurídicos, aun hoy populares. Las bellas letras, en cambio, lo abandonaron y siguieron el camino del fortalecimiento de las lenguas nacionales modernas, aunque algunos poetas modernos escribieron uno que otro poema en este idioma. (En Bolivia, el caso más notable es seguramente el de José Manuel Loza, en el siglo XIX). (Sobre el latín en Bolivia, véase el libro de Andrés Eichmann, De Boliviana latinitate y la Bibliografía boliviana sobre latín, de Josep M. Barnadas).
No han faltado intentos en épocas diversas de revivir el latín, siendo el más reciente el movimiento internacional por el latín vivo, propiciado, entre otros, por el exrector de la Universidad de Nancy, Jean Capelle a partir de 1952. Se han traducido varias obras (incluyendo las de Lewis Carroll y la serie de Asterix, niversal).
Pero el latín es un idioma muy difícil (uno de los más difíciles del mundo). De ahí que fueron surgiendo otras propuestas de idiomas auxiliares, ya sea de aplicación general (universal) (como el volapück y el esperanto), ya sea para un conjunto de lenguas de una misma familia (por ejemplo, para las lenguas germánicas o eslavas), ya sea de aplicación a determinada disciplina o profesión, (a veces son llamadas “nomenclaturas”) como los números y símbolos matemáticos, la nomenclatura química y las más modestas pero grandemente usadas “nomenclaturas arancelarias”.
En el siguiente apartado nos referiremos a los diferentes tipos de estos idiomas artificiales.
[3] ¿Cuáles son los principales tipos de idiomas artificiales?
Hay una vasta división o clasificación de los idiomas artificiales. Aquí nos limitaremos a recoger dos distinciones: la primera, la que los distingue —según dice Janton— entre puramente escritos (pasigrafías) (por ejemplo, los símbolos matemáticos o las nomenclaturas arancelalrias) y los que son al mismo tiempo orales y escritos (pasilalias, que son idiomas, propiamente dichos); y en segundo término (entre estos últimoss), los idiomas mínimos, que consisten en simplificaciones de otros idiomas, y los idiomas propiamente artificiales, construidos con la intención de diferenciarse idiomáticamente de los naturales, aunque en algunos casos traten de imitarlos.
[4] ¿Cuáles son los idiomas artificiales más importantes?
Hay muchísimos idiomas artificiales. Aquí nos limitaremos a mencionar cinco:
―dos idiomas mínimos: el Latino sine Flexione y el Basic English;
―y tres propiamente artificiales (que los llamaremos “construidos"), siendo los más conocidos: el volapük (1879), el esperanto (1887) y el interlingua (1951).
.a) Idiomas mínimos. Muchos idiomas naturales son complejos y difíciles. Esta dificultad puede radicar en su fonética (el ruso, por ejemplo, tiene 10 vocales; creo que 8 el francés; mientras el quechua sólo tiene 3); en su estructura gramatical (especialmente en la manera de declinar los nombres y conjugar los verbos); en el vocabulario frondoso; y, principalmente, en las irregularidades. Con reducir alguno de estos idiomas a la mayor simplicidad posible (pocas palabras y ninguna fle xión), se podría tener un idioma fácil de aprender. En esto trabajaron muchas personas. Creo que no hay idioma importante que no haya sido objeto de esta manipulación. Pero casi todos los ensayos fracasaron. La razón, según Janton, estribaría en que al simplificarse los idiomas se desnaturalizan, se deforman tan grandemente que llegan a perder su atractivo. Hubo, sin embargo, dos excepciones notables (aunque Janton cree que solo una): el Latino sine flexione (Latin sin flexión) y el Basic Englich (Inglés básico).
No es de extrañar que uno de los más resonantes ensayos se halle ligado justamente al latin, formando el Latino sine flexione (Latín sin flexión), que fue el creado en 1903 por el matemático y lógico italiano Giuseppe Peano (1858-1932). Tuvo sus altibajos; captó la ínclusive la atención de la Academia Internacional de la Lengua Universal. Como muestras de su simplicidad, pueden señalarse la invariabilidad general de las palabras, con excepción del verbo que sólo tiene cuatro formas; el orden riguroso de los términos, etc. Aunque este idioma prácticamente fue abandonado en 1939, fue una de las bases de construcción del interlingua, que mencionamos después.
El Basic English es, hasta ahora, la lengua mínima de mayor éxito. Fue creado en 1925 y lanzado en 1930 por el lingüista inglés Charles Kay Ogden (
1889-
1957), quien sería después uno de los gestores de Interlingua. Su facilidad de aprendizaje es tal que su inventor creía que si para aprender el inglés normal se requerirían siete años y para aprender el esperanto, siete meses, para aprender el Basic English serían suficientes siete semanas. (Basic, además de básico, es el acrónimo de “British-American Scientific International Commercial” English). Churchill y, seguramente por influencia suya, el gobierno británico le dio gran apoyo. El mismo Ogden preparó un Dictonary y otros instrumentos para este idioma.
Entre los fundamentos del Basic se encuentra principalmente la reducción del vocabulario a menos de un millar de palabras (más exactamente, 850) que con multitud de combinaciones dan origen a palabras-frases que pueden reemplazar a millares de términos. Su gramática es casi la misma que la del inglés normal (que ya por sí misma es sencilla). Su mayor handicap radica en que su principal competidor es el inglés normal (británico o americano), cuyos hablantes y cultores seguramente ven como insuficiente al Basic.. Un solo dato puede poner de relieve esta debilidad: los textos resumidos y adaptados a un easy English utilizan vocabulación que oscilan entre 2 a 3 mil palabras (más del doble y más del triple que el del Basic). Pero el Basic cumple, en compensación, un papel extraordinario como introducción a la lengua inglesa.
No faltan ciertas adaptaciones como la realizada por el chileno
Augusto Ghio Dell'Rio en su libro
Inglés Básico (dirigido a hispano-hablantes y que ha sido editado en millones de ejemplares). Ghio (no sé si sólo él) propunga además una tolerancia en la pronunciación del inglés, admitiendo pronunciaciones próximas (por ejemplo, la th como d), frente a quienes propugnan pronunciaciones rigurosas. La enciclopedia Wikipedia ha generado, basándose en el Basic su propia línea denominada Simple English, extendiendo el vocabulario a 1000 palabras.
b) Idiomas construidos.
Pasemos ahora a los idiomas construidos o idiomas artificiales propiamente dichos, de los que hay muchos. Los tres más populares son el volapück, el esperanto y el interlingua.
El volapück fue creado en 1879 por el clérigo católico alemán Johann Martin Schleyer (
1831-
1912). Volapück significa Idioma del mundo o Idioma universal. Como extraordinario poligloto, Sayers (que escribía en 25 idiomas), desarrolló su idea (que la consideraba como inspiración divina) y logró muchos adeptos, quizá hasta 100 mil en la época de auge de este idioma (1887). Sufrió conflictos internos y ataques externos. Su finalidad era facilitar la comprención humana de gentes pertenecientes a diferentes culturas. Su lema, Menefe bal, püki bal («una lengua para una humanidad») ha sido recogido por muchos esperantistas. No todos comprendieron su generoso propósito. Incluso Lenin utilizó alguna vez la palabra volapück en sentido despectivo, como sinónimo de galimatías o algo incomprensible. El volapück, si bien optó por la regularidad y la internacionalidad de sus raíces, tuvo algunas complejidades (vocales intermedias, cuatro casos gramaticales, modos verbales de poco uso, etc.), que fueron superadas en 1925-31, con reformas que son las vigentes. Hoy está prácticamente extinguido, pues se dice que sus hablantes no alcanzan a un centenar. No sé en que medida el volapück se constituyó en fuente de su principal rival, el esperanto. Pero sí se sabe que su gestor fue objeto de aprecio y gratitud por Zamenhof.
El esperanto fue creación del médico polaco (aunque él se consideraba más bien ruso) Lázaro Luis Zamenhof (1859-1917), cuando todavía no había llegado a los 30 años de edad. Fue lanzado al público con el nombre de lengua internacional en 1887 y recibió prontamente la adhesión de miles de simpatizantes. Como su predecesor, tiene como propósito principal ser un idioma auxiliar (un segundo idioma para hablantes de lenguas maternas diferentes), con la mayor neutralidad posible en los planos étnico-nacional, ideológico y profesional: en su simplicidad y consiguiente facilidad de aprendizaje, en un vocabulario inspirado principalmente en tres idiomas (latín, a través de las lenguas romances modernas, alemás y ruso, pero sin sujeción de ninguna clase a ellas), en una absoluta correspondencia fonético-ortográfica y la ausencia total de irregularidades. Sin embargo, el creador del esperanto y sus seguidores plantearon una idea interna (una especie de intención “oculta”, pero generosa): la de la confraternidad universal. Finalmente, Zamenhof y sus seguidores proclamaron también la idea de que el esperanto tenía que desenvolverse a través de la práctica (la suprema ley de la evolución de un idioma), idea compartida por Ferdinand de Saussure, el célebre creador de la lingüística moderna, que la emite expresamente.
Este idioma tuvo también sus conflictos internos y sufrió agresiones y problemas externos. Algunos seguidores se transformaron en disidentes y plantearon sus propios proyectos lingüísticos, como el ido, el novial, etc. A pesar de todo, el esperanto ha logrado mantenerse vigente. No hay una estimación precisa de la cantidad de hablantes: algunos dicen que no son sino 100 mil, mientras otros creen que son 1, 2 o más millones. Pero hay otros indicadores de su vigencia: la enorme cantidad de libros, folletos, discos, películas, sitios de internet (que se cuentan por millares); la existencia de emisiones radiales regulares, desde diarias (como la de Radio Pekín), interdiarias (como la de Radio Vaticana) y semanales, en distintos países. Otro indicador importante es su uso como lengua puente en traducciones “manuales” o por computador. No hay clásico universal que no este representado por uno o más libros en este idioma (desde Homero hasta Goethe, Sartre, etc.), muchos clásicos nacionales (por ejemplo, Camilo José Cela, Gabriel García Márquez) y numerosos autores modernos en campos literarios y científicos. Un hito interesante es la traducción del tomo I de El capital, de Marx. En algunos momentos ha contado con el apoyo activo de importantes políticos como Tito, Mao Tse-tung, de pontífices como Juan Pablo II, de varios escritores, etc. Está presente en el cine y en novelas “de anticipación”. Con todo, tiene también sus enemigos: algunos lo son por defender la hegemonía lingüística de alguna potencia política, los más por simple desconocimiento e incomprensión.
En Bolivia el esperanto tiene su propia historia. Entre remotas alusiones, aparece un pasaje de La candidatura de Rojas, de Chirveches, en que uno de los personajes es esperantista. En la década del 40 hubo un gran entusiasmo por difundirlo y enseñarlo, junto con nuestros idiomas originarios (¿paradoja?). Pero constituye todavía hasta hoy un grupo muy reducido el de sus cultores.
Por último, diremos algo sobre el interlingua. Este idioma salió a luz en 1951, después de 27 años de trabajo de lingüistas de varios países (incluido, en ellos, el creador del Basic English, C. K. Ogden). Algunos, como Ogden, conocían el esperanto; pero no tengo muchos datos sobre las controversias que durante su creación y primeros años salieron a flote. Algo que suelen destacar sus cultores es que el interlengua es un idioma natural (naturalista, en rigor) frente al esquematismo del esperanto.
Los fundamentos del interlingua son, entre otros: el acopio de su vocabulario sobre la base de la comunidad de uso de los vocablos en los principales idiomas romances modernos (francés, italiano, español-portugués) e incluso, el inglés, el alemán y el ruso; una relación fonético-ortográfica, no tan rigurosa como la del esperanto, pero bastante similar a los de sus idiomas fuentes, la invariabilidad o poca variabilidad de las palabras, la regularidad de los verbos (aunque cuenta con tres conjugaciones), etc. Para quienes tienen por lengua materna un idioma romance o está familiarizado con alguno de ellos, es extraordinariamente fácil de entender y aprender. Como ocurre con el esperanto, no hay cálculos confiables sobre la cantidad de hablantes, que según algunos es de poco más de un millar y, según otros, de millones.
Finalmente, los tres idiomas aquí referidos se han plasmado orgánicamente a través de congresos y asociaciones de diverso carácter. Los idiomas nacionales (no todos) también tienen sus corporaciones y congresos, algunos de carácter oficial, otros de carácter privado, siendo las más célebres las Academias (francesa, española, etc.). El español es, seguramente, el idioma mejor orgnizado internaconalmente: cuenta con Academias en todos los paaíses en que este iioma es oficial y aun otros que tienen grandes masas hispano-hablantes (p. ej., los Estados Unidos). Ellas han formado la Asciación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y con periodicidad regular se realizan congresos de este idioma, con un millar de participantes o más. El francés tiene dos Academias importantes: la Academie Française y la Academie Goncourt. El inglés carece de academias, pero las universidades y otras corporaciones asumen un poco el papel rector del idioma. Además, existen numerosas sociedades culturales binacionales que, entre sus actividades habituales está la enseñanza y difusión de los idiomas involucrados.
La organicidad es más visible en los idiomas artificiales.
El volapück celebró tres congresos, antes de declinar (1884, 1887 y 1889), tuvo más de dos centenares de asociaciones y organizó su Academia, con la que su creador tuvo enfrentamientos.
El esperanto tiene su asociación mundial (la UEA: Universala Esperanto-Asocio), su organización mundial juvenil (TEJO: Tutmonda Esperanto-Junulara Organizo), sus asociaciones nacionales y varias corporaciones en diversos campos de actividad profesional y cultural. Cada año celebra su Congreso Mundial, que supera el número 100.
El Interlingua está organizado en su Unión Mundial pro Interlingua (UMI), diversas asociaciones nacionales y celebra sus conferencias internacionales desde 1955, con periodicidad variable.
Ambos idiomas tienen sus propias academias.
[5] La pugna entre los idiomas artificiales y los naturales y aun los cibernéticos.
Como punto final de este esbozo, diremos algo sobre la pugna o rivalidad de los idiomas artificiales y los naturales. Esta pugna ha existido siempre, pues parece que la expansión idiomática es parte importante de la hegemonía política. Todo grupo nacional que logra cierto predominio impone, en algún momento, su idioma a los grupos dominados. (Aunque a veces invierte también recursos y esfuerzos en aprender y aprehender los idiomas oprimidos). Creo que no hay excepción hasta ahora, aunque hay diferencias de grado. En la política colonizadora de algunos países, que exterminaron poblaciones nativas (Inglaterra, por ejemplo), borraron también, en consecuencia, sus idiomas. En la de otros países, cuyos colonizadores “respetaron” a los originarios, en buena medida como mano de obra barata y proveedores de tributos (es el caso de España y, en la antigüedad, Roma), miembros de la capa dominante estudiaron con simpatía y hasta desarrollaron literariamente los idiomas de los colonizados, pero sin perder de vista el papel de dominio del idioma del conquistador o colonizador.
Un ejemplo claro de lo que podría llamarse la agresión idiomática se dio en Filipinas, cuando del dominio de España pasó al de los Estados Unidos, que logró imponer el inglés y reducir el español a una presencia insignificante.
No es de extrañar, por tanto, que frente a los idiomas artificiales, se levanten fuerzas adversas. Aliados de estas fuerzas se presentan en los mismos países dominados. “Voluntariamente” los sistemas educativos y de comunicación se inclinan a favor de un grupo de lenguas extranjeras o de una determinada lengua extranjera. Parece natural: el siervo siente la necesidad de comunicarse con el patrón en el idioma de éste, aunque a veces el patrón elige también el idioma del siervo como instrumento lingüístico. Parece no haber cabida para un idioma artificial. La inversión de recursos en difundir la propia lengua es multimillonaria. Los idiomas artificiales no cuentan (a pesar de las donaciones de algunos filántropos) con semejante poder económico. (Aunque ha habido algunos países que le han dado apoyo oficial: Hungría y Yugoslavia, en su tiempo y en cierta medida la China popular). A veces la hostilidad llegó a la persecución sistemática (con Hitler, Stalin, Salazar). A pesar de su “neutralidad”, los idiomas artificiales tuvieron sus aristas políticas: grupos de trabajadores de diferentes ramas los usaron con frecuencia.
Cuando llegó la computación se crearon paquetes de traducción automática. (El más popular es el de Google). (Se dice que desde la década de los 60, en la Casa Blanca el presidente tenía entre los papeles de la mañana las traducciones por computador de Pravda e Izvestia (cuando reinaba el socialismo en Rusia). Posiblemente ocurría lo mismo en el Kremlin con The New York Times y otros diarios estadounidenses).
¿Para qué entonces un idioma artificial? Veamos…
La realidad es paradójica: con las facilidades que brinda la cibernética, no sólo que se han expandido grandemente los más importantes idiomas artificiales (especialmente, el esperanto y el interlingua), sino que han resucitado otros que se dieron por muertos: el volapück, el ido, etc. Por internet es posible acceder a numerosos cursos (onerosos o gratuitos) y tener textos, diccionarios y gramáticas en ellos. Todo hace pensar que la traducción automática no ha resuelto el problema del conflicto de lenguas y que más bien los medios cibernéticos son aprovechados para difundir las propuestas tradicionales.
Habríamos querido finalizar este artículo transcribiendo el famoso Padre Nuestro en estos idiomas; pero hemos sobrepasado ya en exceso los límites previstos…
Fuentes.
Este artículo ha sido redactado principalmente en base a sitios de internet, en especial los artículos de la enciclopedia libre Wikipedia, referentes a los idiomas citados, a las biografías de sus creadores y a las asociaciones internacionales que sustentan estos idiomas.
Especial mención merece el libro El esperanto, de Pierre Janton (publicado en la serie Que sais-je?, de las Prensas Universitarias Francia, y en su homóloga en español publicada por Oikos-tau), obra de la que hemos tomado varias ideas fundamentales.
10-ene-2019.
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jrarze@yahoo.com.ar>